Pero antes, un poco de trasfondo personal.

Aunque siempre he sentido una fuerte inclinación por las ciencias, mi ideal de justicia y mi deseo de trabajar como Fiscal me impulsaron a estudiar la Licenciatura en Derecho en la Universidad de Jaén.

Me gradué en 2011, y me lancé inmediatamente a participar en las pruebas de acceso a las Carreras Judicial y Fiscal. En aquel entonces, tenía claro que mi aspiración era ser Fiscal. Pero los sueños, como el resto de cosas vivas, cambian. Y conforme iba madurando como opositor y como persona, también evolucionaban mis objetivos.

Frecuentemente, me sentía llamado a leer sobre Ciencia, Psicología y Tecnología. Y aunque mi pasión por el Derecho no había disminuido, sí que había dejado de eclipsar mis otros intereses.

Además, al acercarme a la labor real del Fiscal y a los profesionales del gremio, pronto comprendí que había idealizado la labor de esta institución. Entendí que sería muy difícil, si no imposible, encontrar un cuerpo dentro del Ministerio Fiscal donde pudiera saciar mis peculiares intereses.

Por todo este proceso, empecé a barajar la posibilidad de enfocar mi vida hacia otro sector profesional distinto. Mientras opositaba, valoraba la oportunidad de tratar de buscar un empleo en que todos mis intereses se encontrasen, de forma útil. Finalmente, razono: dado que uno puede fracasar tratando de lograr un empleo que no le satisfaga por completo, ¿por qué no arriesgarse? Y me decido a dar el paso de encontrar mi lugar, donde el Derecho y mis demás intereses se tocan.